Salud y Naturaleza: El Secreto del Valle de Punilla

Ene 19, 2024

Históricamente, Córdoba, y en particular el Valle de Punilla, ha sido elegida por personas con afecciones respiratorias. Hoy en día, esos beneficios aún se manifiestan en aquellos que eligen este lugar para pasar al menos unos días.

La cuenca del río San Antonio y las sierras convierten a esta zona en un lugar ideal para desconectarse y escapar del estrés de las grandes ciudades. Las sierras cordobesas siempre han sido apreciadas por la pureza y calidad de su aire. A lo largo de la historia, muchos pacientes con afecciones respiratorias se dirigían a diferentes puntos de la provincia para recibir tratamiento.

Esta tendencia llevó a numerosas personalidades destacadas a elegir la provincia como su lugar de residencia. Ejemplos de ello son Ernesto «Che» Guevara en Alta Gracia, Roberto Arlt en Cosquín y Fernando Fader en Deán Funes, entre otros. La calidad del aire sigue siendo diferente a la de los grandes centros urbanos del país. En el Valle de Punilla, en particular, se registra una mayor concentración de ozono, un poderoso desinfectante contra diversos virus.

Miguel Cané, director general de la Posada del Qenti, un centro médico wellness en Icho Cruz, destaca el poder del ozono para oxidar otros compuestos, convirtiéndolo en un agente eficaz contra una amplia gama de microorganismos.

Además de esta característica natural del aire, la zona ofrece otras cualidades paisajísticas que contribuyen a la salud, especialmente en términos de desconexión y reducción del estrés gracias al contacto pleno con la naturaleza. Ejemplos incluyen el Río San Antonio, cristalino y con una extensión de 500 kilómetros cuadrados, y las sierras circundantes que, debido al uranio que producen, generan ozono que actúa como bactericida y engrosa la capa que filtra la radiación de rayos UV. Actividades como caminatas al aire libre, paseos en bicicleta y lecturas al atardecer se benefician de estas características, formando parte de una rutina que contribuye al bienestar.

Un oasis de 400 hectáreas

Se extiende desde San Antonio hasta Cuesta Blanca, pasando por Mayú Sumaj e Icho Cruz, conformando una Reserva Ecológica donde prevalece la fauna y flora autóctona. Este santuario de la naturaleza forma parte del predio de la Posada del Qenti y se mantiene gracias a políticas sustentables que evitan impactos ambientales.

La reserva ofrece senderos exploratorios ideales para caminatas al aire libre y para disfrutar de los beneficios naturales de la zona. Los huéspedes de la Posada del Qenti tienen acceso a través de visitas acompañadas, donde pueden conocer el lugar y las acciones de conservación llevadas a cabo. Además, se realizan actividades como cabalgatas, avistaje de fauna y flora, reconocimiento de vestigios aborígenes, arquería, trekking y mountain bike.

La reserva complementa la experiencia integral de bienestar que ofrece la Posada del Qenti. Aquellos que eligen este destino pueden optar por diferentes planes para mejorar aspectos de su salud o disfrutar de escapadas saludables, donde la comida diaria y las actividades están respaldadas por equipos de profesionales.

Autor: Turistar

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